sábado, 3 de octubre de 2009

Quilkeando entre los escombros de la humanidad I


Hoy amanecí con los ojos hinchados y adoloridos. No había llorado, sólo dormido o soñado de más. Mientras desayunaba escuché en radio San Borja a un par de payasos políticos, lectores de paporreta de José Carlos Mariátegui, hablando de "creación heroica" ...y eso me llenó de indignación. Vislumbré entonces una sociedad perfecta, en donde las emisoras sólo trasmitan lo que sus oyentes desean escaneando sus mentes a través de un moderno dispositivo (parecido al bluetooh), inventado en Indonesia. Pensé también en la posibilidad de dedicarles canciones vía telepática a aquellas flacas que nos ponen nerviosos e inexpresivos, esas que uno nunca sabe lo que van a decir: "¿Tanto te demoraste en decirlo? Claro que quiero estar contigo" o "Pucha, la verdad es que desde que te conocí supe que eras alguien especial para mí, pero sólo te quiero como amigo". Pero aún estamos muy lejos de desarrollar la telepatía. William S. Burroghs y todos los beatniks creían que el Yagé, o Ayahuasca, podía expandir de tal modo nuestro cerebro al punto de desarrollar el lenguaje telepático. Empero, Burroughs también creía que este lenguaje era posible en las parejas más compenetradas, en aquellas conformadas por personas tan perceptivas que no necesitan hablar y sólo se manifiestan a través de la cálida sinápsis, de ese minúsculo relámpago intracerebral capaz de engendrar certezas, confusiones y toda esta frustración que llevo dentro. Esto es "creación heroica" señores políticos absurdos. El amor no salvará al mundo, pero lo hace menos insoportable. El Ayahuasca creo que sí puede salvarnos. Iré en su búsqueda algún día. Quizá desarrolle la telepatía en el intento o de repente sólo consiga enloquecer plenamente. En ambos casos, espero que una linda mujer me acompañe y, de no ser positiva la experiencia, que por lo menos me de un beso en la frente antes de largarse con cualquier otro ...recordando que hice lo posible por leer su mente.

martes, 8 de septiembre de 2009

Usted Abusó... y mil disculpas

La gente anda muy desocupada en el facebook que la verdad ni siquiera se preocupa por hacer cosas productivas. Eso, claro está, me incluye a mí, que reniego todos los días de tanta tecnología. Mil disculpas para mis tres lectores (lo que significa que sobran disculpas para todos), ando trabajando en un texto que no sé si sea para un blog y por eso no escribo nada acá. Mi mente anda flotando por los jardines de la poesía como hace algunos años y eso me alegra, pero al mismo tiempo me aleja de este espacio que considero importante para los que nos alucinamos escritores. Por ahora tendré que dejarlos con un videito de Youtube como suelen hacer otros blogers igual de floreros y estafadores.

Esta vez, a pedido de mi viejo, gran fan de Celia Cruz, una canción de aquellas que jamás olvidarán los buenos salseros y menos los fans (como yo) de Willie Colón.

jueves, 9 de julio de 2009

Junio' 73... diez años antes de mi nacimiento

A continuación, un enjambre de moscas africanas que migraron durante una época de caos a las islas y tierras ubicadas entre el Trópico de Cáncer y el Golfo del Dariem, habitat de maleantes, asesinos y prostitutas de la más selecta calidad.

miércoles, 17 de junio de 2009

Foto movida


Como en uno de los Poemas Underwood, el Fotógrafo decidió andar por las calles algo perro, algo máquina, casi nada hombre. Así fue como lo vi hace pocos días, con su cara de huevón en un paradero de la avenida Alfonso Ugarte. “Habla pes, Gustavo Costa”, me dieron ganas de decirle. Pero el micro iba muy rápido y él cruzó la pista noiqueado, como solía andar, pensando que alguien lo seguía para asaltarlo y robarle su cámara. Un par de segundos y desapareció.

Unas semanas atrás había ocurrido lo mismo. ¿Qué soy, qué quiero? Soy un hombre y no quiero nada, pensó –como si fuera un gran lector de Martín Adán– y abandonó una comisión en el Canal 5. Al llegar la móvil a recogerlos –a él y la reportera que hervía en cólera– sólo se sabía que no estaba. “¿Adónde se fue?”, preguntaron todos en el diario. “Se largó sin decir nada”, respondió la agobiada reportera de espectáculos que aún ahora lo maldice.

Poco después todos lo buscaban, lo llamaban al celular pero no respondía, lo llamaban a su casa y nadie conocía su paradero. En medio de la incertidumbre decisiones rápidas. Ante la rapidez virulentas palabras. El mundo está demasiado feo, y no hay manera de embellecerlo.

Dos días antes de verlo (como a un alma en pena o una flatulencia que se queda flotando sólo por un momento en medio de la nada), un chofer de la empresa también lo encontró, coincidentemente entre Alfonso Ugarte y la avenida España:

–Habla pes Gustavo Costa –él sí llegó a decirle lo que yo no pude– ¿en qué andas? la gente está preguntando por ti.

–Estoy pidiendo limosna ¡sapazo!

Tras la sarcástica respuesta el Fotógrafo, una vez más, se hizo humo. Yo quiero ser feliz de una manera pequeña. Con dulzura, con esperanza, con insatisfacción, con limitación, con tiempo, con perfección, nos dijo a todos pero sin decir nada.

viernes, 12 de junio de 2009

David Coulthard: "al fondo hay sitio"

Luego de una ardua jornada laboral, me pongo a leer la web de Perú 21 y me topo con esto:

El piloto escocés David Coulthard llegó a Lima y ofreció una conferencia en donde dio detalles de la exhibición de mañana, en la que manejará un auto de Fórmula Uno de Red Bull en plena avenida La Marina, en San Miguel, desde las dos de la tarde.
Pero lo que pasó antes del diálogo con la prensa, que se realizó en el hotel Country de San Isidro, sorprendió a propios y extraños. El ex piloto de la Fórmula Uno tomó el timón de una combi de transporte público, pisó a fonfo, y quedó fascinado.
“La combi es un vehículo fascinante, pero le faltan varias cosas. Esta (la que manejó) no tenía suspensión y los neumáticos no eran muy buenos, nunca había visto un carro así (…) con algunas mejoras sería un auto formidable”, declaró el escocés, quien también contó que se tomó siete vasos de pisco sour, lo que le “movió la cabeza”.

No hay duda que nuestras pistas (parchadas y reparchadas), las combis y todo el caos vehicular limeño que las encierra, siempre resulta menos incómodo con unas copitas de más. ¿Y la tolerancia cero?


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(*) Foto tomada de la página web http://www.peru21.pe/

jueves, 4 de junio de 2009

Mi viejo se volvió "caviar"



De un tiempo a esta parte mi viejo, ese blanquito ayacuchano que llegó a Lima en la década del sesenta, el que aprendió a leer con Los Siete Ensayos y El mundo es ancho y ajeno, el que me regaló ambos libros –obviamente sólo leí el primero– cuando cumplí once años y terminaba la primaria, el marxista-leninista-socialista-electricista, primo hermano de al menos media docena de terrucos, se ha convertido en un completo “caviar”.

¿Que cómo me di cuenta? Pues un buen día en el que abrí su maletín –tenemos esas confianzas–, donde además de una dedicada colección de herramientas (16 destornilladores, 8 planos y 8 tipo estrella, 3 alicates, 5 llaves para destapar medidores de luz, 37 stobolts, 2 pinzas, 2 rollos de cinta aislante, parafina, etcétera) lleva siempre un diario deportivo y otro de corte político. Sus infaltables lecturas.

Del precario Todo Sport –Gonzalo Meléndez y Félix Medina, son mis causas pero esta es la verdad–, que lo encandiló con las columnas de Alberto “Toto” Terry, se había cambiado al novísimo y bien elaborado Depor: el último vástago de un anciano adinerado llamado El Comercio.

No justifico el cambio pero lo entiendo. Desde que la “Saeta Rubia” murió, el tabloide alguna vez dirigido por Mosiés Wolfenson perdió importancia. Malos gráficos –excepto Félix Medina– y peores redactores –excepto Gonzalo Meléndez– han poblado sus páginas de desinformación. Es decir –y esto es innegable–: sus reporteros llevan las “pepas” pero ningún lector humano es capaz de entenderlas. Y mi viejo es humano.

La situación, bien mirada, no estaba para melodramas. Es más, desde entonces cada vez que llego a la casa le pregunto a mi viejo: “¿compraste Depor?” y mi viejo responde: “está en el maletín”.

Empero, la cosa cambia radicalmente cuando las personas optan por una nueva postura política. Y en eso influyen bastante los medios de comunicación. Por ejemplo, no es igual un lector de Expreso que un lector de Correo. Ambos tienen miradas parecidas, pero una visión diferente de las cosas.

Desde que ingresé a San Marcos y, por ende, me convertí en alumno de César Lévano, Isidro Gamboa Rojas –que así se llama mi viejo– se volvió un lector acérrimo del diario La Primera. “Es bueno tu profesor”, decía cada vez que leía su editorial. No se perdía una sola de las columnas de Hildebrandt, ni las investigaciones de Raúl Wiener. Incluso las notas policiales –mayormente volteadas de peru.com– eran devoradas por el paisano y fan de Manuelcha Prado, que siempre estaba al tanto de las marchas del SUTEP y la CGTP.

Pero desde hace unos días dejó de lado el portavoz sindicalista y se ha avocado a la lectura de La República. Ahora gasta cincuenta céntimos más. Recuerdo que en algún momento probó con Perú 21 y no le gustó: el apellido del director (Du Bois) le daba desconfianza. ¿Será que Álvarez Rodrich tiene algo que ver? No lo creo. ¿Una mejor información, redacción y fotografías? Podría ser. Yo tengo dos posibles respuestas:

Una consiste en que, por tener mayor número páginas, La República ocupa más espacio en el maletín de mi viejo y lo obliga a cargar con menos herramientas. Por lo tanto, también carga menos peso. Lo que ya es bastante para alguien que gusta de caminar por la ciudad tanto o más que su hijo.

La otra se sustenta en unas palabras que él mismo me dijo: “en este diario encuentro más honestidad”. Y la honestidad, como todos ustedes saben, significa practicar la misma ideología de los que te creen honesto.

En conclusión: si mi viejo no es un flojo, como me lo ha demostrado en todo el tiempo que lo conozco, se ha convertido en un completo “caviar”. Y para colmo usa Pulso, esa nueva fragancia de Essika promocionada por Christian Meier. Los viejos cada día se vuelven más locos.

domingo, 24 de mayo de 2009



No he perdido nada

Todavía estoy aquí, el sol gira
a mis espaldas como un halcón y la tierra
repite mi voz en la tuya.
Y recomienza el tiempo visible
en el ojo que redescubre la luz.
No he perdido nada.
Perder es ir al otro lado
de un diagrama del cielo
por movimientos de sueños, un río
lleno de hojas.

(Salvatore Quasimodo, Premio Nobel de Literatura 1959)

jueves, 21 de mayo de 2009

LA VERDAD


Un montón de perdedores, eso somos... buscando situaciones incontrolables.

jueves, 14 de mayo de 2009

Recontra VINTAGE



El pasado no es algo que me mate. Siendo lógicos, sólo los grandes hombres mueren en el pasado y son recordados por sus hazañas a través del tiempo. Los demás mueren en el presente (si acaso existe) y quedan en el olvido. Este no es el caso del Trío La Rosa, una agrupación cubana que mi viejita suele escuchar para ponerse alegre. Dice que mis abuelos también la escuchaban, pero mi abuelo (ahora loco y con problemas de habla) no puede confirmar esa aseveración.
Cómo sea, acá les dejo una de mis canciones favoritas de ese trío excelente, que si fuera músico haría lo posible para remixearla, fusionándola con Hip Hop, Reggaetón y algo de Punk… a veces los abuelos no se equivocan.



Perdonen el mal sonido y la huachafería del video, pero fue el único que encontré en Youtube. Es cierto, había otro mejor, pero no se podía bajar. Sorry. Pueden buscarlo luego para escuchar mejor la música, este sólo es una referencia.

domingo, 10 de mayo de 2009

Jueves 30-04-2009


Desperté a las 9:40 de la mañana con unas ganas terribles de ir al baño. Mi abuelo, por desgracia, se despertó igual. Renegué por esto, por la eliminación de la U en la Copa Libertadores –que es algo por lo que renegaré muchos años más– y porque era muy tarde para salir a correr. Dormí una hora cuarenta de más, una hora cuarenta menos en mi día de descanso. Malos augurios.

Luego de un par de horas –en las que me lavé la cara, los dientes, desayuné, vi un poco de tele y fui a comprar– salí de mi casa convencido de cobrar mi quincena, pagar el recibo de mi celular, llevar el mismo a servicio técnico –desde hace unos días el quipo no lee la tarjeta de memoria– y darle a mi viejo cuarenta lucas para una radiografía que, al parecer, es urgente. Empero, alguien se olvidó de depositar mi dinero y todos los planes se fueron al tacho.

Para no pecar de pesimista ni de pesado caminé hasta el Centro Comercial Arenales, a sólo unas cuadras de donde estaba, pensando que al llegar el mediodía también llegaría mi quincena. Jugué Winning Eleven 2009 –la versión de PS-2 claro, el PS-3 aún no lo entiendo– durante una hora, como lo había hecho la noche anterior. Gané todos los partidos jugando con el Arsenal, al Real Madrid, Barcelona y Chelsea. Luego volví al cajero y aún no me habían depositado. ¡Puta madre!, pensé.

Antes de volver a mi jato dejé mi celular en servicio técnico. Una mujer de evidente ascendencia japonesa –su carné de Claro decía que se apellidaba Arakaki– me dijo amablemente que volviera por el equipo el martes por la tarde. Falta mucho, me dije, pero no importa.

Ya en mis aposentos, recordé haber quedado con una ex enamorada. Llámame a partir de la una, me había dicho. La llamé a las dos y media y no contestó. Le escribí un par de mensajes y tampoco respondió. Los planes seguían yéndose al tacho.

También había quedado con mi psicóloga, que bien podría ser mi paciente o hasta mi enfermedad, pero con ella todo suele ser incierto. Era día de los psicólogos y tenía una reunión temprano con la gente de su universidad.
–Te llamo cuando termine Mongolito –me escribió en un mensaje de texto.
–Ok Mongolita –le respondí, sabiendo que era poco probable que cumpliera lo acordado. Nunca llamó.

En medio de tanta incertidumbre almorcé. La comida estaba excelente. En un momento, que no recuerdo a que hora fue, llamé a un amigo periodista que –gracias a esos beneficios que sólo tenemos los hombres y mujeres de prensa– debía tener dos entradas para el concierto de Oasis, a tribuna claro.
–Quiero ir al concierto y seguro tú vas vender la entrada que te sobra, véndemela a mí, te doy treinta lucas –le dije.
–No, ya las vendí a cincuenta cada una y no pienso ir –me respondió casi desanimándome.

Llamé a otro amigo de la prensa. Este me aseguró que me vendía su entrada pero no puso precio. De ahí vemos tío no te preocupes, dijo y me calmó. Sin embargo, la calma me duró poco: eran ya las 3:30 de la tarde y no me depositaban. Claro, vas a ir al concierto de Oasis pero no tienes como pagar tu entrada, pensaba angustiosamente. Traté de obviar mis pensamientos. A las 4 terminé de leer de Los Detectives Salvajes –lo que merece un texto aparte–, luego me puse a ver tele de nuevo. En el 74 dieron una película de artes marciales titulada Los cinco elementos Ninja. Estaba entretenida y me motivó a hacer un poco de ejercicio. Durante media hora levanté pesas en mi cuarto mientras trataba de entender el argumento de la pela. Sólo conseguí sentirme bien físicamente. Después me bañé.

Antes de huir de mi casa con rumbo desconocido, llamé al banco y al fin me habían depositado. Pagué el recibo de mi celular, retiré dinero para el concierto y arranqué hacia el mismo. Antes compré algunas latas de cerveza que tomé en el camino. Me encontré con Alcides –otro periodista afortunado que había vendido una de sus entradas– y le invité una lata. Mientras esperábamos a Eduardo –el que me vendería su entrada– armé un joint que me quedó excelente. Había un ambiente muy paja cerca del Nacional.

Empezaron a llamarme, primero mi broder Jean Loui y después Eduardo. Aquel me dijo que entraría a tribuna junto con nosotros, este que ya estaba llegando. Motivado por el ambiente llamé a mi Oráculo, quien estaba en camino pero con entradas para una zona mejor.

Tanta chela ingerida empezó a hacerme efecto, así que con Alcides nos fuimos a mear al Cultural de España. Regresando al estadio nos encontramos con una amiga de la universidad. Maestro, me dijo mientras me abrazaba. Luego preguntó si íbamos al concierto. Claro, respondimos al unísono. Llamó Eduardo. Te dejamos, le dijimos a nuestra amiga, quien estaba acompañada de una flaca atractiva y dos tipos monses. Nos vemos adentro.

Ya con Eduardo, tanteamos la posibilidad de entrar como prensa. Una semana antes había triunfado en una empresa similar, pero para ver a B-52 y New York Dolls. En esa oportunidad fui con Javier –otro chismoso con suerte–, que ahora estaba en el concierto de Oasis pero en la zona Wonderwall. Había entrado al Estadio Nacional a las cinco de la tarde junto a una ex amiga lesbiana, la lesbiana más arrecha que conozco.

Tras ubicar la puerta veinticinco, que era por donde se colaban los de prensa, la encargada –que creo era la misma de la semana anterior, una flaquita agraciada y despistada– sólo observó nuestro carnés –el de Eduardo y el mío– y nos colocó una pulsera roja que acaso es el único souvenir que tengo del concierto. Nos dejó pasar a la mejor zona. Alcides, entre tanto, vendió las dos entradas de Eduardo –al final no tuve que comprarle nada para entrar– y se fue volando para su casa: había olvidado su carné.

Cuando Alcides regresó al estadio, los que estábamos volando éramos Eduardo y yo. El joint que había armado durante la espera tenía el grosor necesario y la forma perfecta. Hay que fumarlo, le propuse a Eduardo y él, como siempre, aceptó. Mientras nos proyectábamos tocó Turbopótamos, bebimos cerveza, comimos choripán, nos rompimos el ojo con una flacas excelentes, etcétera… el Edén por sólo un carné de prensa. Estábamos locos.

He aquí lo indescriptible. El día pesado que había tenido, desde que desperté hasta que hice la cola para tantear la posibilidad de ser un suertudo periodista, había terminado por fin. Pero más que eso, había comenzado el concierto de Oasis. Lo único que lamenté –y hasta hora lamento– fue no tener un celular o una cámara a la mano con qué grabar o tomar fotos. En uno de los rincones del cielo –si acaso esta imagen es dable– se alzaba una luna parecida a la del Islam. Era hermosa y justa para este tipo de sucesos. Liam cantaba y Noel confirmaba que mi adolescencia fue algunas veces feliz.

Lo que pasó después sólo lo pueden confirmar quienes asistieron: Wonderwall y Don’t look back in anger siendo cantadas por cuarenta mil personas, la pandereta de Liam volando como un escupitajo sobre el público y luego el propio cantante descendiendo hacia nosotros para darnos la mano: algo que, según sé, sólo había ocurrido en Japón. La imagen que se proyectaba en las pantallas del concierto era lo más tiernamente patético y homosexual que he experimentado en mi vida. Las lágrimas, en complicidad con el colirio y el THC, me nublaron la visión y sentí que desfallecía. Creo que me había dado “La Pálida” producto de tanta ganja. Pero no importaba, podía haber quedado ahí y hubiera sido un final sin reclamos ni resentimientos.
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P.D: La foto que acompaña el texto fue tomada por el buen Giancarlo Tejeda (a) "Efímero", reportero gráfico de Expreso. Ante las salvedades hechas por Javier en su comentario, se ha corregido y puesto en cursivas la inescrutable palabra Wonderwall. Gracias por hacer notar el error, son cosas que a veces se nos pasan.

sábado, 2 de mayo de 2009

Algo que seguro no leyeron



Ex "Rambo" se rayó y lo clavó en la espalda por cuadrar a su hijo

Cochito "faite" metió
cuchillo a pandillero


Indignado porque habían asaltado al menor de sus hijos, un octogenario ex miembro del Ejército se enfrentó cuchillo en mano contra un grupo de pandilleros, dejando herido de gravedad a uno ellos tras clavarle el filoso puñal por la espalda.
El hecho ocurrió la mañana del domingo (26 de abril), poco después de que Pablo Alfredo Rodríguez Quispe (20) saliera de su vivienda ubicada en la cuarta etapa de la urbanización Pachacámac, en Villa El Salvador, con dirección al centro comercial Jockey Plaza donde labora como empleado de limpieza.
“Caminó hasta el paradero Ovalo Chama y allí y lo asaltaron tres pandilleros, luego se regresó a su casa y al poco rato volvió a salir junto a su padre”, indicó un vecino.
Cuchillo para pan
El veterano Alfredo Rodríguez Castillo (85), quien había estado desayunando, llevaba oculto un cuchillo dentado con el que habitualmente corta el pan y fue a exigirles a los maleantes que le devuelvan a su engreído lo que le habían robado.
Fue entonces que el menor Williams R.F. (17) se abalanzó sobre el joven agraviado, sin imaginar que el “indefenso” anciano –en un momento de nerviosismo– sacaría el cuchillo y se lo clavaría en la espalda. Los otros hampones también sufrieron algunos cortes.
Detenidos
Tras el incidente, la policía detuvo al delincuente Nazaret Jesús Pompilla Suni (23) y a Rodríguez Castillo. Sin embargo, este abandonó el calabozo ayer (lunes 27 de abril) por la mañana debido a su avanzada edad.
“Le dieron comparecencia por tratarse de una persona mayor, además sufre de los riñones y no puede estar encerrado” dijeron en la Comisaría de Pachacámac. Finalmente, se informó que en el atraco también participó un sujeto apodado “Tallarín”, cuyo paradero se desconoce. El menor herido, mientras tanto, fue evacuado al hospital de emergencias Casimiro Ulloa y su estado es reservado.
(*) Foto: Luis Borja.

miércoles, 22 de abril de 2009

¿Alguien dijo algo?


Como suele pasarme cada cierto tiempo, hace poco me puse a pensar en lo que debo hacer con mi vida. En realidad, me puse a pensar en todo lo que no he hecho, tal vez –incluso– en lo que ya no puedo hacer. El tiempo no pasa en vano. Todo a raíz de una conversación –imaginaria o demencial– que vislumbré mientras caminaba por El Olivar, ese parque alucinante lleno de oscuridad, duendes y serenos que no te dejan paletear a tu flaca.

La primera voz que escuché fue la de un adolescente, posiblemente un toque emo y recién egresado del colegio. Quien le respondía era un artie de veintitantos años, quizá un alumno de literatura de la PUCP.
– ¿Qué tipo de arte es más importante, el que te dice hola o el que te dice adiós? –preguntó el chibolo.
–El que te da la bienvenida o te invita a retirarte –respondió el adulto, sin excluir ciertas pretensiones de sabiduría.
Fue en ese momento que, sin darme cuenta, pisé un caracol que se arrastraba por la vereda. Su caparazón se quebró como una nuez madura y su meticuloso –y baboso– organismo se fue transformando con cada paso en una mancha cada vez más oscura y amorfa. No hubo lástima pero sí remordimiento.
“Agg”, dijo el imberbe dentro de mi cerebro y abortó la conversación con el artie. Este, en cambio, sólo sonrío –o eso fue lo que percibí– como creyendo que lo sucedido era una buena excusa para escribir un poema. Entonces comprendí que entre ambos sujetos no había un ápice de amistad ni de nada, sólo una pregunta cojuda cargada de intenciones filosóficas. También descubrí que en medio de la confusión se puede leer el pensamiento de los seres imaginarios. Algo que, por donde se mire, ya es un talento.

Sin embargo, lo que quería decir con todo esto era que de vez en cuando me preocupo por lo que me sucede, no necesariamente por lo que va a suceder –lo que es un terrible defecto–, y que cuando esto pasa comienzo a reirme solo.

A veces me computo Robert De Niro en la toma final de Érase una vez en América.

¡Maldito gringo!





¡Maldito gringo! Ya casi estamos en mayo y sigue saliendo para desgracia de mis casacas fashion y mi costumbre irremediable de caminar en la niebla, como un drogo o borracho, por la ciclo vía de la Arequipa, viendo en cada esquina a grupitos de travestis y putas patonas cagándose de frío y pensando –excepcionalmente– son los gajes del oficio (más antiguo del mundo).



Y ya que mencioné la palabra mundo, acabo de recordar que hoy es el día de La Tierra, esa tierrita bendita donde crecen helechos, orquídeas, hongos, lechugas, rosas… y por su puesto la divina cannabis sativa, que también debiera tener un día en nuestros agitados calendarios. En fin. ¡Qué bueno es saber que no todas las personas ignoran que nuestro planeta es el mejor lugar del universo! Reto al más osado de los extraterrestres a demostrarnos lo contrario.



Pero en medio del jolgorio también hay malas noticias, sobre todo para un sujeto como yo que vive de propagar las infelicidades. Alucinen –no sé por qué pretendo una multitud de lectores– que una empresa seria ha publicado un anuncio buscando periodistas, pero sólo bachilleres o titulados, es decir: cualquiera que se haya pasado cinco años chancando en una universidad –o en la Bausate, que ahora se alucina universidad– sin haber trabajado nunca. PTM!! …Son los gajes del verdadero oficio más antiguo del mundo: ser vago.



Antes de largarme a averiguar los detalles sobre la muerte de un “pepeado” en el siempre motivador distrito de Los Olivos (¡plus!), quiero dejar unos versos ajenos escritos por ese “paicherazo” de Carlos Oliva, que no murió “pepeado” pero si negrazo cuando intentaba torear combis asesinas en marcha.



Poema sin límites de velocidad

He visto una ciudad
una avenida
una calle inundada de cantos
De poemas sonando como bocinas de carros
Y autopistas sin guardias de tránsito
Poemas a 200 Km. P/H
Libres
raudos
veloces por llegar
a los oídos del mundo
donde la ansiedad
la droga
y los atropellos
inventan colores siniestros
Y en medio de todo
Yo con mi bocina
Yo con mi voz levantada
Entre tantos accidentes
Risueño
Ilusionado
Y sin más palabras
Que estos versos sin frenos por las avenidas.



Carlos Oliva Valenzuela (1960-1994)





jueves, 26 de marzo de 2009

Para una mujer q se está haciendo joven.jpg


Coincidieron en el messenger, cuando todos disfrutaban del concierto de Iron Maiden, la aburrida Atenea y el cansado ENSIMISMADO. Ambos están locos, y ENSIMISMADO todavía espera a que Atenea le diga cuándo se encuentran para pasear a su perro labrador por la ciclovía de la Arequipa.

ENSIMISMADO dice:
hola
ENSIMISMADO dice:
tampoco fuiste a Maiden... en realidad somos muchos los q no fuimos

Atenea dice:
no, alucina, iba a trabajar ahi
Atenea dice:
pero no la hacia

(...)


Atenea dice:
el domingo voy a hacer una reu gore en mi casa
ENSIMISMADO dice:
reu gore??
ENSIMISMADO dice:
suena bien, llevaría un destornillador de puntas cambiables
Atenea dice:
bravazo!!
ENSIMISMADO dice:
cuantos cumples??
Atenea dice:
20
ENSIMISMADO dice:
manya, una mujer joven
ENSIMISMADO dice:
siempre es bueno encontrar a una mujer haciéndose joven
Atenea dice:
jajaja gracias
ENSIMISMADO envía:


(Lo que ENSIMISMADO envía es la foto de una flor desenfocada por equívoco, con un hermoso cielo de fondo. La imagen azarosa de una flor captada en los jardines de la UNMSM)


ENSIMISMADO dice:
un regalo d cumpleaños

Se completó la transferencia de "26-03-09_1613.jpg".

Atenea dice:
lindoa!!!
Atenea dice:
que flor es?
ENSIMISMADO dice:
no lo sé
ENSIMISMADO dice:
estaba en mi universidad
ENSIMISMADO dice:
y la tomé con mi cel, x eso la calidad no es muy buena
Atenea dice:
ah, tú la tomaste?
ENSIMISMADO dice:

ENSIMISMADO dice:
justo hoy, tal vez estaba destinada a ser regalada
Atenea dice:
que genial
ENSIMISMADO dice:
sí no???
ENSIMISMADO dice:
pero tal vez el regalo debía llevar algo inscrito
Atenea dice:
A VER...
ENSIMISMADO envía:

Se completó la transferencia de "Para una mujer q se está haciendo joven.jpg".

Atenea dice:
jaja que cursi
Atenea dice:
pero lindo*
ENSIMISMADO dice:
sí no?? debe ser la cursilería d kien se está haciendo viejo
ENSIMISMADO dice:
o la d kien detesta q la gente espere algo d él
Atenea dice:
jajaja
ENSIMISMADO dice:
hoy conversaba con un broder y hablábamos d la ternura
ENSIMISMADO dice:
tal vez el tema surgió x un presentimiento d lo q sucedería ahora, en la noche
Atenea dice:
que cosa??
Atenea dice:
mi cumple??
Atenea dice:
iron maiden?


(...)


ENSIMISMADO dice:
la conversación
ENSIMISMADO dice:
tu cumple
ENSIMISMADO dice:
Iron Maiden
Atenea dice:
jajaja ok
Atenea dice:
todo junto!
ENSIMISMADO dice:
y la carapulcra q cocinaron en mi casa

(...)


Atenea dice:
jajaja, pero hablemos de kierkegaard
ENSIMISMADO dice:
yo iba a hablar de las mujeres Aries
Atenea dice:
es un buen tema también
Atenea dice:
las aries somos apasionadas
ENSIMISMADO dice:

y apasionantes... alucina q yo suelo ser un intransigente, q detesto a las mujeres engreídas y pedilonas... execepto a las Aries
Atenea dice:
CONOCES A MUCHAS ARIES?
ENSIMISMADO dice:
kién conoce a una Aries??
ENSIMISMADO dice:
mejor dicho, kién conoce a una mujer??
ENSIMISMADO dice:
tal vez lo mejor q se pueda hacer es apreciar a una mujer, observarla y tomar nota ...siempre he pensado q lo mejor q puede hacer un hombre x una mujer es hacerle pasar un buen rato, siempre

(...)


Atenea dice:
pero puedes sacar rasgos generales
ENSIMISMADO dice:
sí, las Aries siempre tienen algo q decir
ENSIMISMADO dice:
y algo q escuchar
ENSIMISMADO dice:
y un lugar hacia donde ir
Atenea dice:
las aries somos protagonistas
ENSIMISMADO dice:
no, las Aries son el argumento
ENSIMISMADO dice:
la historia
ENSIMISMADO dice:
y sí sabes dirigirlas el final feliz
ENSIMISMADO dice:
pero cada persona es diferente, antes d hablar d generalidades deberíamos hablar d particularidades
ENSIMISMADO dice:
Atenea Kun a q tipo d Aries pertenece??
Atenea dice:
a la intrépida
ENSIMISMADO dice:
a la q utiliza plancha para cabello porq detesta el q lleva puesto??
ENSIMISMADO dice:
(aunq carezca d fundamentos)

Atenea dice:
a veces
Atenea dice:
aunque amo los rulos
ENSIMISMADO dice:
ah, me ekivoké
ENSIMISMADO dice:
q paja es ekivocarse con una mujer!!!

miércoles, 25 de marzo de 2009

A.B. Zurdo

Como si le preguntaran el nombre de una deidad hermafrodita, A.B. Zurdo miró hacia arriba –alguien podría pensar que estaba contando sus cejas o las espinillas que estas camuflan desde su adolescencia– y dijo lo primero que se le ocurrió: han matado a un cabro en la esquina.
Nadie se lo había preguntado y muy probablemente la noticia era falsa, pero el tipo era así. Cada cierto tiempo decía cosas como esa para convencernos a todos de su nick name, de que era el más freak y, sobre todo, de que podía pasar el resto de su vida encerrado en un cuartucho en la azotea de su casa, sumido entre discos y libros que jamás terminó de leer.

–¿Cómo lo mataron?
–Un carro le aplastó la cabeza y se dio a la fuga.
–¿Y apuntaste la placa?
–No, pasó muy rápido. Pero el cuerpo todavía está ahí, con la cabeza reventada.
–¿Y cómo sabes que era cabro?
–Porque así mueren los cabros.
–¿Y entonces cómo mueren los que no son cabros?
–No lo sé, todavía estoy vivo.

Como si le preguntaran el apellido de algún político togolés, A.B. Zurdo sonrió, sacó de su bolsillo un wiro perfectamente roleado –quizá este sea uno de sus pocos talentos, junto con su habilidad para jugar billar y disecar libélulas–, lo encendió y lo compartió con La Gente, que celebró una vez más el tremendo conejo que les sacó del cerebro.
¿Alguien podría cuestionar este episodio de tan terrible felicidad?
Minutos más tarde, con los ojos reventados y cansados de ver tanto cabro atropellado, todos siguieron pensando en las mismas tonterías de siempre.

lunes, 23 de marzo de 2009

Q.E.P.D Álvaro Ugaz... tremendo florero


No hay duda, mañana todos hablarán sobre la muerte de Álvaro Ugaz. Aquí, en la redacción, la noticia nos llegó con los mismos decibles de un chisme. “Murió Alvaro”, dijo uno de nuestros diagramadores al que tenía a su costado. Así, como si estuviera hablando de uno de sus amigos. Posiblemente lo fue. Y en menos de un minuto ya todos sabíamos la mala noticia.
Pero bueno, yo no conocí al susodicho así que no tengo mucho que decir ni lamentar. Tal vez aclarar que si el diario para el que trabajo no sacó la noticia de su accidente del tamaño que lo ameritaba no fue por descuido, sino por órdenes de arriba. (Y ustedes ya saben a lo que me refiero cuando digo arriba).
Finalmente, como colega –valga el atrevimiento– y como ser humano, sólo me queda expresar mi solidaridad con sus deudos. Una pena por Juliana Oxenford, quien siempre que me encuentra en alguna comisión me acaricia con su delicada indeferencia.
Descansa en PAZ Álvaro, un buen periodista y al parecer un tremendo florero.

sábado, 21 de marzo de 2009

Objetos pequeños


Un fotógrafo reniega de la injusticia, de las constantes llamadas de atención que recibe –siempre injustas– e imagina una foto que represente su estado de ánimo. Mientras tanto, Alguien a escasos metros observa los narcisistas registros visuales de una bella mujer en su hi5.

–¡Por qué serán tan lesbianas! –reniega Alguien frente al monitor Sync Master 551v de Samsung, un poco anticuchón.

El fotógrafo trabaja en sus ideas incomprendidas, con su rostro de cojudo pero interesado reportero gráfico sin móvil. ¿Habrá algo más patético que un periodista sin móvil?, se pregunta Alguien, ahora sonriente porque la bella y narcisista –y aparentemente lesbiana– chica del hi5 le ha respondido un comentario. “Agrégame”, le ha escrito, y le ha dado su correo.

–Entonces no es lesbiana, pero puede que sea bisexual. Eso la vuelve más interesante aún... ¡maldito Messenger bloqueado! ¡Por qué ahora no puedo conectarme!

El fotógrafo –valga la redundancia– ya tiene la foto, por lo menos la idea: sus pies huesudos y apestosos sobre una balanza en el suelo del baño. En sepia o blanco y negro, el color podría quitarle dramatismo o acentuar su fealdad visual, lo que no es recomendable para estos casos. Además, deberá utilizar un angular si quiere perspectiva, profundidad.

–¿Pero qué significan tus pies?
–Mi estado de ánimo.
–No entiendo.
–Es la pesada carga emocional de los días sin móvil, sin comisiones, un vacío total… pero al mismo tiempo un homenaje a aquella parte del cuerpo que nos lleva de un lugar a otro.
–¿Y por qué no un cerebro? ese sí que te lleva de un lugar a otro, sobre todo cuando lo estimulas con psicoactivos, ja ja ja.
–Déjame abrirte el cráneo para fotografiar tu cerebro… aunque no tengo macro.
–¿Qué es macro?
–Es un lente especial, para tomar objetos pequeños.

De pronto la redacción se llena de objetos pequeños. Hay algo de silencio y también de ofensa. De silencio ofensivo, como diría una ex. Alguien no ha entendido la respuesta del fotógrafo, o quizá no ha querido prestarle atención, como suele ocurrir. Los objetos pequeños se mueven, teclean palabras ininteligibles y vociferan mentiras por doquier.