miércoles, 22 de abril de 2009

¡Maldito gringo!





¡Maldito gringo! Ya casi estamos en mayo y sigue saliendo para desgracia de mis casacas fashion y mi costumbre irremediable de caminar en la niebla, como un drogo o borracho, por la ciclo vía de la Arequipa, viendo en cada esquina a grupitos de travestis y putas patonas cagándose de frío y pensando –excepcionalmente– son los gajes del oficio (más antiguo del mundo).



Y ya que mencioné la palabra mundo, acabo de recordar que hoy es el día de La Tierra, esa tierrita bendita donde crecen helechos, orquídeas, hongos, lechugas, rosas… y por su puesto la divina cannabis sativa, que también debiera tener un día en nuestros agitados calendarios. En fin. ¡Qué bueno es saber que no todas las personas ignoran que nuestro planeta es el mejor lugar del universo! Reto al más osado de los extraterrestres a demostrarnos lo contrario.



Pero en medio del jolgorio también hay malas noticias, sobre todo para un sujeto como yo que vive de propagar las infelicidades. Alucinen –no sé por qué pretendo una multitud de lectores– que una empresa seria ha publicado un anuncio buscando periodistas, pero sólo bachilleres o titulados, es decir: cualquiera que se haya pasado cinco años chancando en una universidad –o en la Bausate, que ahora se alucina universidad– sin haber trabajado nunca. PTM!! …Son los gajes del verdadero oficio más antiguo del mundo: ser vago.



Antes de largarme a averiguar los detalles sobre la muerte de un “pepeado” en el siempre motivador distrito de Los Olivos (¡plus!), quiero dejar unos versos ajenos escritos por ese “paicherazo” de Carlos Oliva, que no murió “pepeado” pero si negrazo cuando intentaba torear combis asesinas en marcha.



Poema sin límites de velocidad

He visto una ciudad
una avenida
una calle inundada de cantos
De poemas sonando como bocinas de carros
Y autopistas sin guardias de tránsito
Poemas a 200 Km. P/H
Libres
raudos
veloces por llegar
a los oídos del mundo
donde la ansiedad
la droga
y los atropellos
inventan colores siniestros
Y en medio de todo
Yo con mi bocina
Yo con mi voz levantada
Entre tantos accidentes
Risueño
Ilusionado
Y sin más palabras
Que estos versos sin frenos por las avenidas.



Carlos Oliva Valenzuela (1960-1994)





No hay comentarios:

Publicar un comentario